Por JaclynBonner
Abandonados, aislados y solos: este es el destino de miles de niños en Sierra Leona que han quedado huérfanos como resultado del mortal virus del ébola. A pesar de que el temibleébola ya no es uno de los prominentes encabezados internacionales, los devastadores efectos del brote han cambiado las vidas de miles de personas.
Un reporte del 2015 indicó que más de 12.000 niños en Sierra Leonahabían perdido por lo menos a uno de sus cuidadores primarios debido a la enfermedad. El huérfano del ébola promedio tiene 9 años de edad. El ministerio Esperanza Restaurada (Restore Hope en inglés), un ministerio cristiano que sirve a los huérfanos del ébola en Sierra Leona, explica que los niños pierden más que a sus padres cuando sobreviene la enfermedad. El impacto sicológico de ver a sus seres queridos morir, sumado a la estigmatización y el ostracismo social que le sigue, frecuentemente rebasa el deseo de mantener aun las máselementales funciones vitales.
La marginalización, el tráfico humano, la falta de educación y lafallida recuperación sicológica a menudo se convierten en la trágica realidad de los niños que han quedado huérfanos a causa del ébola y no tienen apoyo ni cuidado.
El Centro de Esperanza, que es el Centro de Cuidado Interino de Esperanza Restaurada, fue creado como una respuesta a la difusión del ébola en el oeste del África, y provee bienestar físico, emocional y espiritual a 30 niños a la vez. Los niños comúnmente llegan al centro malnutridos y enfermos de malaria, tifoidea, fiebre, anemia o paperas.
Cuando llegan, y durante el tiempo que participan en el programa, enfermeras de tiempo completo les proveencuidado médico y tres días de comidas ricas en vitaminas suplidas por medio de la Ofrenda contra el Hambre de losBautistas de Texas. El Centro de Esperanza (The Hope Center en inglés) es un refugio seguro para los niños que les ofrece amor y atención, una comunidad de cuidadores y compañeros que entienden su situación, sesiones de consejería individual, educación y exposición al evangelio. “Soy visto. Tengo valor. Puedo hacer más, ser más”, es la mentalidad que se les inculca a los niños.
Tras concluir el programa, estos niños son colocados con familias nuevas. “Algunos miembros de su familia extendida que asistieron a la ceremonia de reunificación para ser testigos del proceso de reintegración, se quedaron sin palabras”, comentó la jefamatrona, HawaVandi.
La reunificación familiar no es el último paso que toma el ministerio Esperanza Restaurada. El ministerio provee servicios de consejería, apoyo educativo y nutrición transicional a 120 niños que han completado el programa y se están incorporando a unidades familiares. Los niños tienen la oportunidad de reconectarse con su grupo poblacional y conocer a otros sobrevivientes del ébola. Además de esto, se está desarrollando una iniciativa comunitaria y un programa de entrenamiento de habilidades para apoyar a los nuevos cuidadores de familias y fomentar ambientes saludables.
“Dentro de este programa a corto plazo, vemos el desarrollo una inversión a largo plazo”, dijoAaron Pierce, Director de Operaciones Internacionales de Esperanza Restaurada. “Los niños experimentan la restauración de sus mentes, cuerpos y almas al pasar por este programa, del cual salen con una identidad renovada de amor, valor y esperanza”.
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