Cuando Olber Roblero llegó a ser el pastor de la Iglesia Bautista Horeb en noviembre, 2019, tenía grandes planes para convertir la iglesia en un centro de alcance y ministerio. La pequeña iglesia, localizada en Brownsville, tenía alrededor de 55 – 60 personas asistiendo con regularidad. Roblero estaba confiado de que la Iglesia Bautista Horeb haría un gran impacto en su comunidad.
A pesar de que la pandemia del COVID-19 cambió muchos de los planes de Roblero, la iglesia todavía se esforzó en ser luz para las personas en Brownsville. Abrieron un ministerio de alimentos, distribuyeron máscaras, y proveyeron zapatos para 200 niños. En una reunión al aire libre, con distanciamiento social para distribuir zapatos a los niños, 25 personas levantaron sus manos para aceptar a Cristo en sus vidas. Otras seis personas han sido bautizadas debido al ministerio de alimentos.
A continuación encontrará algunas de las estrategias que la Iglesia Bautista Horeb adoptó al buscar ayudar a su comunidad.
La Iglesia Bautista Horeb decidió llevar su ministerio de alimentos más allá de la propiedad de la iglesia, entregando alimentos a personas enfermas o residiendo en parques de casas móviles y complejos de apartamentos cercanos. Roblero explicó que al entregar los alimentos a las familias enfermas con COVID-19, la iglesia pudo demostrar el amor de Cristo de una manera como nunca antes lo habían hecho. Fue una oportunidad nueva para ministrar.
Ir a los hogares de las personas a entregar alimentos permitió que la iglesia ministrara a personas que no estaban dispuestas a ir a la iglesia, fuera porque estaban enfermos, eran escépticos, u otra razón.
Roblero explicó que la pandemia originalmente movió a la iglesia a buscar colaborar con ministerios y organizaciones.
"Yo no sabía qué hacer acerca de la pandemia y todas las dificultades que las personas estaban pasando. Pero, comenzamos a orar y a buscar recursos", él explicó. "Es más de lo que uno puede hacer por uno mismo, lo que el pastor puede hacer por sí mismo, más que lo que la iglesia puede hacer por sí misma. Es un esfuerzo de la comunidad".
La iglesia se conectó con otras organizaciones en el área que estaban ayudando a las personas, incluyendo la Coalición por el bienestar de Brownsville (Brownsville Wellness Coalition), la cual proveyó alimentos para que la iglesia distribuyera a las personas. Sin esa colaboración importante la Iglesia Bautista Horeb no hubiera podido distribuir tantos alimentos a los que los necesitaban, dijo Roblero.
Al principio, el ministerio de alimentos era administrado por los miembros de la iglesia. Cuando las personas de la comunidad comenzaron a ver el bien que estaban haciendo, comenzaron a traer dinero para donaciones y a ofrecer ayuda voluntaria. En vez de solamente permitir que los miembros de la iglesia sirvieran, Roblero recibió a las personas que deseaban participar. Al estos nuevos voluntarios pasar tiempo con los miembros de la iglesia, sintieron un cambio en sus corazones. Seis personas han llegado a conocer a Cristo como resultado de trabajar como voluntarios en la iglesia.
Recibir a voluntarios de afuera de la membresía de la iglesia es una gran manera para ministrar, no solamente a los que están en necesidad, sino también a los que no estarían en un ministerio de alimentos de otro modo. Cada nueva relación desarrollada a través del ministerio ha sido una oportunidad para compartir el evangelio.
Al las personas llegar a conocer al Señor, Roblero hizo énfasis en discipularlos para que estén firmes en su fe. Él explicó que a veces cuando un cristiano nuevo hace preguntas acerca del Cristianismo, es fácil referirlos a un versículo bíblico o un libro. Aunque estos recursos son útiles, sentarse con ellos y asegurarse de que entienden el evangelio es la mejor manera de fortalecer su fe.
"Nuestra tarea es discipularlos y ayudarlos a madurar en el Señor para que comiencen a compartir el amor de Cristo con otras familias", dijo Roblero.
Lo que comenzó como un ministerio de alimentos creció en algo más grande al llegar a conocer a las familias que la iglesia servía. Cuando Roblero observó que todos los autos que recibían cajas de alimentos tenían niños pequeños en el asiento de atrás, decidió que la iglesia recolectaría zapatos para distribuir entre los niños. La iglesia comenzó a recolectar pares de zapatos nuevos y pedir donaciones de otras iglesias y negocios, particularmente los que habían colaborado con ellos antes. Establecieron una inscripción en línea para las familias que necesitaran zapatos nuevos, y dentro de unas horas los 200 pares de zapatos habían sido reclamados.
La iglesia celebró una fiesta de Navidad para entregar los 200 pares de zapatos en persona el 13 de diciembre. Envolvieron las cajas de zapatos con papel para regalos de Navidad, distribuyeron chocolate caliente, y tocaron música festiva. Una señora se ofreció a preparar 500 tamales para el evento. El evento fue mucho más grande de lo que la Iglesia Bautista Horeb acostumbraba, Roblero explicó. Si cada uno de los 200 niños que recibió zapatos llevó a uno de sus padres, eso resultó en 400 personas. Para adaptar el evento al COVID-19, lo celebraron afuera, separando a las familias a seis pies de distancia. Al terminar de entregar los zapatos, Roblero compartió el evangelio con todos allí, y 25 personas aceptaron a Cristo.
Pasarla bien durante el evento y tratarlo como una fiesta de navidad en vez de simplemente distribuir los zapatos le dio a la iglesia la oportunidad de conocer a las personas a quienes estaban sirviendo. En vez de ser una transacción, la iglesia dio a las personas un momento memorable para atraerlos a la iglesia.
Lo más importante que recordar al alcanzar a su comunidad, dijo Roblero, es confiar en Dios. Habrá dificultades, y personas rehusarán ayudar, pero si mantiene sus ojos en el Señor, todo valdrá la pena.
"Si se es fiel en lo poco, Él será fiel en lo mucho", dijo Roblero. "Y lo ha hecho para nosotros".
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