Amigos,
Con gran entusiasmo y a la vez tristeza les anuncio que tras cuatro años de tener el gran privilegio de servir como especialista de los ministerios combate contra el hambre y cuidado de la Comisión de Vida Cristiana (CLC), he aceptado un puesto como consejera de cuidado de crisis en Marble Falls.
No hay palabras que puedan expresar lo agradecida que me siento por cada una de las personas con las que he tenido el honor de trabajan en este ministerio. Dar gracias a todos no me parece suficiente.
Serviré como consejera de adultos en el Centro para las Familias en Crisis de Highland Lakes, cerca de nuestra iglesia, First Baptist Church de Marbel Falls. Trabajaré con personas que sufren trauma a la vez que volveré al mundo académico a fin de obtener las certificaciones necesarias como trabajadora social clínica. Espero obtener una mejor comprensión del cuidado informado de trauma, y aprender a caminar junto a muchas personas en su proceso de sanidad. Pido sus oraciones para este nuevo capítulo en mi vida.
Este cambio es muy agridulce para mí. Estos últimos cuatro años han cambiado mi vida. Amo y creo en la Ofrenda contra el Hambre de los Bautistas de Texas, la Comisión de Vida Cristiana, y la familia de los Bautistas de Texas. Guardo con cariño muchos recuerdos hermosos a través de Texas y el mundo entero. He aprendido mucho de las numerosas iglesias y ministerios que impactan a sus comunidades con belleza, justicia y restauración.
No puedo evitar pensar en las palabras de Pablo a la iglesia de Filipos: “Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis oraciones por todos ustedes, siempre oro con alegría, porque han participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora” (Filipenses 1:3-5, NVI).
Gracias al Dr. Reyes, al Dr. Foster y al Dr. Hardage por darle a esta sureña y nativa de Tennessee una gran oportunidad. Gracias a Marilyn, Kathryn, Rebecca y al resto de mis compañeros de trabajo. Son mi familia.
Gracias, colegas y amigos, por sus palabras de ánimo para mí en lo personal, y lo que es aún más importante, por su deseo de responder al llamado a la justicia, la misericordia y la igualdad.
Con gratitud,
Ali
Friends,
It’s with excitement and sadness that I inform you of some news. After four years of having the true privilege of serving as the hunger and care ministries specialist at the CLC, I will be transitioning to a new position as a crisis counselor in Marble Falls.
Words do not feel adequate for how grateful I am for every person whom I’ve had the honor to know and work alongside in this ministry. Thank you doesn’t seem to suffice.
I will serve as an adult outreach counselor at Highland Lakes Family Crisis Center, close in proximity to our church, First Baptist Church of Marble Falls. I will be working with individuals dealing with trauma while pursuing my credentials as a licensed clinical social worker. I hope to gain a better understanding of trauma-informed care and learn to walk with people on their healing journeys. I covet your prayers in this new chapter of my life.
The change is very bittersweet. These past four years have changed my life. I love and believe in the Texas Baptist Hunger Offering, the CLC, and the Texas Baptist family. I hold dear so many beautiful memories across Texas and around the world. I have learned a great deal from numerous churches and ministries impacting their communities with beauty, justice, and restoration.
I can’t help but think of Paul’s words to the church of Philippi: “I give thanks to my God for every remembrance of you, always praying with joy for all of you in my every prayer, because of your partnership in the gospel from the first day until now” (Philippians 1:3-5, CSB).
Thank you, Dr. Reyes, Dr. Foster, and Dr. Hardage for giving this Tennessean a chance. Shout out to Marilyn, Kathryn, Rebecca, and everyone else who are more than coworkers, they are family.
Thank you, colleagues and friends, for your encouragement to me personally, and more importantly, your desire to pursue the call to justice, mercy, and equality.
Gratefully,
Ali
In one day, Texas Baptists provided 1,900 meals for marginalized students in Peru. And that’s just half of it.
Together, Texas Baptists raised $3,800 -- or 1,900 meals-- for Operación San Andrés this past Giving Tuesday. Even more, an additional $3,270 was raised for the Hunger Offering general fund. That’s a total of $7,070 to feed people in need, to support families breaking the cycle of poverty, and to show people the love of Christ. Amazing!
I cannot fully express my gratitude to everyone who participated. Your gifts impact the world -- one meal at a time.
A veces es difícil recordar lo bueno cuando abundan el odio y la violencia. Las palabras de Richard Foster me recuerdan el verdadero corazón de Dios: “Nuestro Dios no está hecho de piedra. Su corazón es el más sensible y tierno de todos. Ningún acto pasa inadvertido, por insignificante o pequeño que sea. Un vaso de agua fresca es suficiente para hacer brotar lágrimas en los ojos de Dios. Dios celebra nuestras expresiones más pequeñas de gratitud”.
Giving Tuesday (Martes de Ofrenda, en español), el 27 de noviembre, es un día dedicado a estas pequeñas expresiones de gratitud. Las donaciones a la Ofrenda contra el Hambre de los Bautistas de Texas de ese día serán usadas con el fin de comprar comidas para niños marginados en la Operación San Andrés en Collique, Perú. La meta es recaudar $10,000 para 5,000 comidas.
Sometimes it’s hard to remember goodness when hatred and violence abound. Richard Foster’s words remind me of God’s true heart: “Our God is not made of stone. His heart is the most sensitive and tender of all. No act goes unnoticed, no matter how insignificant or small. A cup of cold water is enough to put tears in the eyes of God. God celebrates our feeble expressions of gratitude.”
Giving Tuesday, Nov. 27, is a day dedicated to these feeble expressions by giving back. Texas Baptist Hunger Offering donations that day will purchase meals for marginalized children at Operación San Andrés in Collique, Peru. The goal is to raise $10,000 for 5,000 meals.
I love the imagery of the Creator of the universe tearing up when a cup or plate passes from hand to hand -- with a smile, no doubt. It is like celebrating communion -- an act of worship and reverence for God. Heaven seems to meet earth in the simplest of places.
No le tomó mucho tiempo a Salomón aceptarme como amiga, y a pesar de que no hablamos el mismo idioma, sí nos comunicamos; a veces lo sorprendía hablando solo.
Cuando estaba en la universidad, pasé una buena parte del tiempo en Puerto Príncipe, Haití, donde serví en un hogar para niños. Cuando recién conocí a Salomón, me sentía muy nerviosa porque padecía de una severa parálisis cerebral que afectaba su habilidad de caminar, correr o alimentarse por sí mismo. Me avergüenza confesar que al principio no sabía qué decir o cómo actuar alrededor de él.
Salomón me recibió con amabilidad, hacía bromas y le gustaba sentarse junto a mí en las tardes. Por algún tiempo yo no entendía por qué hablaba consigo mismo, a veces por horas. Nuestra amistad creció con el correr de los meses, y empecé a aprender un poco de criollo haitiano.
Un día escuché a Salomón decir mi nombre. Escuché con más atención y me di cuenta que estaba orando por mí. Corrección: estaba orando por todos sus seres queridos uno por uno y alabando a Dios; es su diario ritual.
Tengo un amigo que dice que las personas a las que servimos son nuestros más grandes maestros. Salomón es uno de mis más grandes maestros. Pensé que iba a Haití a bendecir a niños como Salomón, pero Salomón me bendijo a mí. Siempre le estaré agradecida por haberme abierto los ojos.
Él pudo haberse sentido insignificante. Era tan solo un niño de camino a casa con una canasta con el almuerzo de su familia: cinco panes pequeños y dos pescados.
Andrés, uno de los discípulos de Jesús, vio el insignificante almuerzo y preguntó: “…pero ¿qué es esto para tanta gente?” Me imagino que el chico se peguntó: “¿Cómo puedo marcar una diferencia?”
Y es entonces que el Salvador entra en escena.
“Tráiganmelos acá—les dijo Jesús. Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba, Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente”.
Todos comieron
hasta quedar satisfechos, y los discípulos
recogieron doce canastas
llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños
(Mateos 14:18-21, NVI).
By Ali Corona
He may have felt insignificant -- a young boy walking home with a basket of lunch for his family -- five small loaves and two fish.
With a glance toward heaven and a heartfelt prayer, Jesus multiplied a few parcels into a lavish feast for a crowd that was hungry for spiritual and physical nourishment.
All four gospels recount this important moment in history. The sight of the unseen Kingdom colliding with the world must have made a deep impression on each of their hearts and minds.
Today, an estimated 795 million people around the world are undernourished. In Texas, 1 in 6 families are unable to put meals on their tables everyday. Hunger, both physical and spiritual, is devastating.